Déception à l'Institut Joan Fuster de Barcelone (document en espagnol)

l alumno de 13 años que irrumpió ha matado esta mañana a un profesor y ha herido a otras cuatro personas en su instituto de Barcelona ha actuado durante un brote psicótico, según las primeras indicaciones de los expertos y, según ha avanzado la consellera de Enseñanza de Cataluña, Irene Rigau, no había «ninguna pista extraordinaria» por mala conducta del estudiante.

Rigau, que ha pedido evitar la «morbosidad y el espectáculo» sobre un suceso que ha afectado «a todo el sistema educativo», ha afirmado tras su visita a la profesora y a los alumnos heridos que se trata de «un comportamiento patológico de un alumno que llega con una misión enfermiza y actúa sin ninguna reflexión previa».

Los hechos sucedieron esta misma mañana, cuando el alumno, de 13 años de edad, irrumpía en su instituto de Barcelona armado con una ballesta modificada y con un machete de montaña, con el que agredió mortalmente a un profesor al clavárselo en el tórax. El niño provocó también heridas a otras cuatro personas, dos profesoras y dos alumnos, que estaban en el centro educativo Joan Fuster, situado en el barrio de La Sagrera.

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Consternación en el instituto Joan Fuster de Barcelona

El autor del ataque, de 13 años, es inimputable. Tras el ataque, que terminó después de que el profesor de gimnasia consiguiera calmarlo, fue identificado y permaneció custodiado en el interior del centro escolar, según ha informado un portavoz de la policía autonómica. Los Mossos d'Esquadra lo trasladaron después a un centro hospitalario para practicarle un examen médico y evaluar su estado psiquiátrico y psicológico. Al ser menor de 14 años, tras el reconocimiento no pasará a disposición de la Fiscalía de Menores, sino que quedará a disposición de la Direción General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia).

La situación psiquiátrica del adolescente será clave para determinar las consecuencias que el crimen pueda tener para él, y que en ningún caso podrán ser penales dado que, de acuerdo con la ley del menor, toda persona que no haya cumplido los 14 años no puede ser considerada responsable de sus actos.

Según la directora general de Atención a la Infancia, Mercè Sanmartí, el chico no podrá ser privado de libertad y se le someterá a un trabajo de reeducación, un proceso que consiste en hacer un seguimiento del menor con el trabajo de profesionales educativos y psicológicos que puede durar «tanto tres sesiones como diez», y siempre con una segunda evaluación antes de dar por acabado el tratamiento.

Ataque a las 09.15 horas

Los hechos han sucedido sobre las 9.15 horas de la mañana, cuando el alumno ha llegado con retraso a su clase, en el Instituto Joan Fuster de Barcelona, ha llamado a la puerta y una profesora le ha abierto, momento en el que ha sacado la ballesta y le ha disparado cerca de la cara, provocándole heridas de diversa consideración en un ojo.

Según algunos testigos, el chico habría sacado entonces un cóctel molotov, «muy rudimentario», de su mochila y ha amenazado con hacerlo estallar, por lo que los alumnos de la clase se han asustado, han empezado a chillar y han tratado de huir.

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Los testigos recrean del ataque del menor en Barcelona

Cuando los alumnos salían corriendo de clase, el agresor ha asestado una puñalada con su machete de montaña a una de las alumnas, hija de la profesora a la que había herido inicialmente y que habría acudido a ayudar a su madre con un golpe de ballesta. Al oír los gritos, un profesor de Ciencias Sociales que daba clase cerca de esta zona se ha acercado al lugar para ver qué ocurría y a prestar auxilio, momento en el que el alumno le habría clavado el machete en el tórax, provocándole lesiones que han acabado con su vida.

La víctima mortal es un joven profesor procedente de Lleida que llevaba dos semanas en el centro ejerciendo como sustituto, según las mismas fuentes.

Tras herir mortalmente a este profesor, el chico ha disparado indiscriminadamente la ballesta y ha impactado en otra profesora y otro alumno, si bien el estado de estos no corre peligro.

A continuación, y aprovechando que los demás alumnos salían corriendo del instituto, el niño se encerró en un aula, donde comenzó a manipular el cóctel molotov. Sacó la botella de cerveza con líquidos explosivos que llevaba en la mochila y trató de introducirle la mecha. En ese momento, el profesor de educación física entró también en la clase para disuadirlo, mientras el alumno, muy alterado, se limitaba a repetir que oía voces que le decían que tenía que matar.

Tras establecer una conversación con él, el docente de gimnasia lo calmó, le quitó de las manos el cóctel molotov y

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