Conte De la Biche Et Du Blaireau

La cierva y el tejón:

En un lejano país tropical, una cierva producía y vendía una poción mágica prohibida que los animales adoraban. Pero, cuando la bebían, parecían volverse locos. Por ejemplo, una tortuga intentó de volar, un ratón se creyó por un avestruz, buscando sus huevos. Entonces, el rey de los animales decidió de actuar…

Poco después de eso, la cierva encontró un joven tejón que se llamaba Bursuc. La cierva se decía que no parecía muy inteligente. Entonces, propuso:

- ¿Querías poción mágica? ¡Puedo darte!

- Sí, porque no, yo quería probar.

- Entonces, ven conmigo.

Normalmente, jamás la cierva habría dejado alguien venir al lugar donde fabricaba las pociones, pero, por ella, solo era un pequeño tejón. Por tanto, le llevó a su fábrica de poción. Era una cabaña cercada de campos donde plantaba una curiosa planta, que algunas cigüeñas recogían. El tejón compró poción, y se fue. Bursuc volvió muchas veces para comprar poción. La cierva era contenta: se decía que había ganado un nuevo cliente que era muy estúpido. Pero, no sabía que el tejón observaba todo lo que pasaba: de la cosecha de los campos por las cigüeñas a la fabricación de las pociones.

Un día, el tejón vino ver la cierva y le dijo:

- ¡Cierva, eres en peligroso!

A este momento, la policía de los animales llegó a sus campos.

- ¡ven conmigo, voy a salvarte! dijo el tejón

La cierva no tenía otras posibilidades que de huir con Bursuc. El tejón le llevó a una clara, en la selva tropical. Pero, era una emboscada que el tejón había tendido a la cierva: dos osos arribaron y atraparon la cierva. Así, jamás la cierva podría conseguir a producir sus pociones, que eran tan terrible para el reino de los animales…

Lo que la cierva no había comprendido era que una buena capa todo lo tapa: el tejón era desde el principio el animal que el rey de los animales había elegido para arrestar la cierva.

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