La Solitude
Note de Recherches : La Solitude. Recherche parmi 300 000+ dissertationsPar carloscoal • 19 Mars 2013 • 3 446 Mots (14 Pages) • 932 Vues
LECTURA INTERPRETATIVA
De una manera sintética, analizaremos algunos de los aspectos formales y temáticos más destacados de la obra de Baudelaire, por los que consigue sintetizar y superar los tópicos románticos, marcando la proyección de las tendencias temáticas de la modernidad.
La poesía en Baudelaire se transforma en un modo de vida. Escribir se torna una ética en la adecuación a su existencia, por lo que permanece al margen del riesgo de entrar en la corriente del ‘arte por el arte’. Tal y como hemos visto, Les fleurs du mal es un verdadero itinerario existencial, por el que la poesía no es manifestación de la vivencia, sino el existir mismo.
La interpretación temática se podría estructurar en torno a cuatro ejes fundamentales.
1. La mujer y el desdoblamiento del yo.
El poeta halla en la mujer una experiencia con la alteridad, en la que busca respuesta a su personal condición ontológica. De la desilusión resultante nace una concepción dualista en la que la mujer es representada, de un lado como ser degradante, abominable, esclava de instintos de posesión, vehículo de perdición para el poeta, frívola y peligrosa para la virilidad. El poeta rechaza su frivolidad ante el paso del tiempo, la ignorancia que muestra ante la vida.
Igualmente es considerada como espejo de sensualidad. Le inspira el amor carnal, permitiéndole una vía de escape por la que vive constantemente ebrio, en el desmedido afán de colmar las pasiones. Aunque sus apetencias le subyugan, en cierto modo sería para el poeta el viático en la existencia terrenal (sacramentalización de la sexualidad).
La depuración de la subjetividad romántica tiene lugar en el narcisismo exacerbado de Baudelaire, quien, por la reflexión de la personal condición, sufre de total inadaptación. En esta obra nos hallamos ante el esfuerzo por la conquista de un equilibrio de contrarios, enraizados en la personal contradicción, que le hacen descubrir su dualismo, materializado en las fuerzas nocturnas y diurnas.
2. Dualidad de la vida.
La presencia de contrarios descubierta en el propio yo reaparece en la consideración del mundo. La vida es afrontada desde dos puntos de vista: el atractivo -placer- y el revulsivo -desastre-. Así, para Baudelaire no existe la posibilidad de huir de tales sufrimientos, si no es por el aburrimiento o el tedio que le produce su propia existencia, causa de la soledad del poeta.
3. El acto poético.
En la conciencia del mal, el poeta es capaz de convertirse en artista. Su misión es recordar, decir y manifestar por doquier las presencias de lo malo en el mundo. Su infecundidad hacia el exterior se mitiga con la fecundidad interior de la poesía. Sin embargo, esto provoca una soledad total, por el rechazo del mundo, al que el poeta responde con el aislamiento completo: surge entonces la idea de ‘poeta maldito’.
4. Transformación del fango en oro.
En su afán de escapar al habitáculo de fango en el que se halla el ser humano, Baudelaire culmina una obra en la que los contrarios invierten los papeles en una identificación de los mismos: así, la flor se torna mal, la víctima es el verdugo, herida y cuchillo se identifican, Dios y Satán cambian su misión... La lucha no culmina en el equilibrio o la aceptación del sufrimiento, sino en la anulación de toda dimensión metafísica, por la asimilación entre el bien y el mal.
Algunos aspectos formales
Destacaremos sólo ciertas innovaciones formales muy significativas, sin dejar de tener en cuenta que, desde el punto de vista formal, esta obra recoge prácticamente todos los recursos poéticos hasta el momento utilizados en la literatura francesa. Baudelaire no sólo utiliza con gran maestría todas las formas de versificación clásica, hasta entonces rigurosamente respetadas -octosílabo, decasílabo y alejandrino-, sino que pone las bases de lo que, a partir del ‘fin de siècle’, iniciará una reflexión semiótico-lingüística, detonadora de la libertad versificadora, primera manifestación de la voluntad de ruptura frente a las anteriores propuestas ideológicas. El lenguaje poético es, desde este momento, el lugar privilegiado para el desarrollo de una idea visualizadora de la dimensión ‘vitalista’ de lo poético: el artista es un poeta, y el medio por excelencia de ‘hacer arte’ es el lenguaje -el lenguaje poético-.
El símbolo
El símbolo emerge como el ámbito de expresión con el que se rehúye el obstinado intento de exactitud y racionalidad tan propio de los novelistas realistas y naturalistas contemporáneos a Baudelaire -Zola, Balzac, Flaubert...-. La intuición poética persigue, ante todo, el establecimiento de una corriente de relaciones con lo real fundadas, no en el escudriñamiento científico o de lo ‘exacto’, sino más bien en la preocupación por la fidelidad de la palabra encarnadora de una imagen justa: esa “forêt de symboles” con que Baudelaire califica el universo en el poema “Correspondances”.
Lógica y razón ceden de este modo su lugar al universo del presentimiento o búsqueda de un rastro -a través de lo sensible-, en esa relación mundo-poeta-lenguaje. De manera que la analogía, o principio de similitud, se convierte, a partir de este momento, en uno de los recursos esenciales del lenguaje poético moderno -entendiendo por inicio de la modernidad poética la aparición de Las Flores del Mal-. Rimbaud atribuye al poeta la labor de hallar una lengua orientada a la posesión de lo desconocido (cfr. “Lettre à Paul Demeny”, 15 mai 1871). La palabra clave, pronunciada o no, es en este caso el término “Comme” (Como): en torno a ella se construye la creación de las sugerencias poéticas, resultantes del contacto entre el artista y el mundo.
Teoría de las sinestesias
Baudelaire inaugura en su obra la teoría de las sinestesias -asociaciones simbólicas creando correspondencias unificadoras de distintas realidades-, definida en su poema “Correspondances”. Varios poemas contienen tales agrupaciones significativas, por medio de metáforas encadenadas como se puede ver en “Los Faros”, mediante la asociación de planetas, colores, vocales y notas musicales, en un mismo universo común: el arte.
La estética del oxímoron
El oxímoron o paradoja -creación de universos de significado utilizando elementos contrarios- es un elemento tan recurrente en esta obra, que se llega a crear una auténtica estética de lo contradictorio. El dualismo está tan presente a todos los niveles, que
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