El aguador de Sevilla: análisis

El aguador de Sevilla: análisis

El aguador de Sevilla es una pintura de Diego Velazquez hecha en 1623 durante el siglo de oro de España. El siglo de oro duró desde el siglo XVI hasta mediados del XVII. Fue una época en la que España brilló con su cultura, arte, literatura, poder y riqueza. El pintor nació en Sevilla y pinta en un estudio desde que tiene diez años. Pintó esta obra con el objetivo de convertirse en el pintor del rey, y lo consiguió. Es porque su pintura es muy realista.

El cuadro se compone de un bodegón de dos jarras en el primer plano, de tres hombres y de un vaso. La precisión se materializa en la transparencia y los reflejos del vaso, en las gotas de agua sobre la jarra o el ropaje. Diego Velazquez contrasta el cristal del vaso con el gres de la jarra para mostrar que puede pintar diferentes texturas. El cristal es liso y la jarra está llena de arrugas. El artista también muestra su talento para jugar con la luz. En efecto, el cuadro es claroscuro: la luz viene de la izquierda, iluminando las dos jarras y las caras de los dos hombres del frente. El tercer hombre y el fondo están completamente en las sombras. La clave del cuadro es el número tres: hay tres hombres de tres ángulos de cara (frente, perfil y tres cuartos), tres objetos que tienen los personajes y tres edades (joven, adulto y anciano).

La constatación sobre la edad condujo a una primera interpretación. El hombre más viejo ofrece al joven el conocimiento o la capacidad de discernir qué hacer y qué no hacer, simbolizado por el agua. La obra tiene también una interpretación religiosa: ilustraría la misericordia porque hay que dar de beber a los que tienen sed.

...