Lugares y formas del poder

LUGARES Y FORMAS DEL PODER

El poder puede definirse como la facultad que uno tiene para mandar o ejecutar una cosa. Hay diferentes tipos de poderes; el poder político, económico etc.

Pero, hay un poder que, a menudo, olvidamos, es el poder cultural. En efecto, la cultura implica el arte como la pintura o el cine. Y tiene quizás poder. Entonces, podemos preguntarnos

Si la creación artística es un medio de diversión artístico o un instrumento de poder?

I/ La creación artística como medio de diversión

Por un lado, podemos concebir la creación artística como un medio de diversión. Para ilustrar este punto de vista voy a hablar de la pintura española del siglo XVII.

En el siglo XVII, Diego Velázquez era el pintor oficial del rey Felipe IV. Dedicaba sus pinturas a la vida de la corte. Estas representaban escenas de corte, retratos de los cortesanos con un naturalismo cerca de la realidad.

El retrato de Felipe IV a caballo que hoy día está expuesto en el museo de Prado de Madrid es un buen ejemplo. Es un retrato oficial del rey. Podemos ver que Velázquez siguió todas las indicaciones del rey para representarle como un hombre de poder. En efecto, Felipe IV tiene su bastón de mando en la mano, su caballo esta encabritado. Además, está en una colina y en el primer plano. Parece dominar la ciudad.

Entonces, este retrato es una bella y típica representación de un rey que se añade a los múltiples retratos de reyes que existen en el mundo. Seguramente la técnica es perfecta, pero este tipo de creación artística se limita solamente a un medio de diversión para los cortesanos. Velázquez fue un pintor de corte y no un artista comprometido que percibió a través de la creación artística un instrumento de poder.

II/La creación artística, un instrumento de poder

Para David Alfaro Siqueiros, llamado El Coronelazo, la cosa era bien diferente.

En efecto, este pintor del siglo 20 pertenecía al corriente artístico del muralismo. Este corriente consistía en contar una historia, un acontecimiento a través de un mural. Sin embargo, no era solo una diversión sino también una manera de educar al pueblo. De hecho, los objetivos de los muralistos eran de aprender a los analfabetos la historia de América Latina.

En el libro podemos ver una fotografía de un mural de Siqueiros llamado Del Porfirismo a la Revolución. Como le indica su título, el mural cuenta una parte de la historia mexicana que va del Porfirismo hasta la revolución. Muestra como el pueblo en los años 1910 se rebeló contra el régimen autoritario instaurado por Porfirio Diaz (Manuel Gonzalez). El lema de la revolución era: “Tierra y Libertad”. Las dos figuras representativas de esta revolución popular eran los dos campesinos Pancho Villa y Emiliano Zapata.

Entonces, Siqueiros, comprometido en el partido comunista mexicano, utiliza el mural para denunciar el Porfirismo y elogiar un sistema político comunismo. De esta manera, su creación artística es un instrumento con el que difunde sus ideas e influencia el pueblo: es un instrumento de poder.

Para concluir, pienso que a través de una creación artística es posible traer un mensaje, más aún cuando está disimulado en la forma

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