Todorov, La conquista de América, el problema del otro

Todorov, La conquista de América, el problema del otro

1. Todorov presenta el descubrimiento de América como un antes y un después en la historia del hombre, lo ve como el comienzo de la Era Moderna. Por otra parte cree que el descubrimiento dio paso al mayor genocidio de la historia humana.  

1. Si bien Colón siempre mostró abiertamente un interés y sostuvo una series de indicios sobre posibles descubrimientos de un “oro infinito” en las “Indias”, no era más que un señuelo para mantener latiente el interés del Rey en esas tierras. Logrando así contar, de la parte de la corona española, con un financiamiento destinado a sus viajes. Si nos guiamos por las ideas de Todorov, la verdadera motivación de Colón era la victoria universal del cristianismo, la posibilidad de convertir a los “indios” a esta religión. Colón era una persona sumamente religiosa, de echo lo vemos en su cuarta carta cuando se auto legitima al compararse abiertamente con David y Moisés y se considera a sí mismo como un elegido de Dios.

1. Colón utiliza un sistema finalista en sus escritos, cartas y diarios, en estos se ve una clara interpretación fundada en la “presciencia y la autoridad”. Este sistema supone que antes de llegar a estas nuevas tierras ya sabe perfectamente con lo que se va a encontrar, para que todo concordase Colón solía eliminar y/o modificar las experiencias e informaciones que pudiesen significar un cuestionamiento de estas ideas preestablecidas por este.

1. La relación que muestra Colón con la naturaleza está basada en una admiración de tal intensidad que logra liberarlo de este sistema finalista y esta interpretación de la que hablamos en el punto anterior. Colón describe esta naturaleza nueva sin ocultar su asombro, de hecho le es imposible abandonar el uso del superlativo poco convincente y se ve obligado a jurar que no exagera. Sin embargo este sistema finalista del que hablamos y decimos que Colón pierde al hablar de la naturaleza, lo recupera al hablar del lenguaje. Al llegar a estas nuevas tierras Colón no se esfuerza en comprender las lenguas de los indios, ni en crear un sistema de comunicación funcional para las dos partes, (descubridores y descubiertos). De hecho su primera reacción es negar la existencia de una lengua diferente a la española y suele hacer intentos y pretensiones de comprender lo que dicen los indios, oye “un resumen de los libros de Marco Polo y de Pedro de Ailly” más algunas palabras familiares mal pronunciadas, cosa que reprocha e insiste en corregir. Llega un punto en el que reconoce la diferencia de esta lengua con la española, al reconocer que tienen una lengua propia, le cuesta aceptar las diferencias e insiste en escuchar nombres o palabras que cree reconocer.

1. Colón percibe al otro, en una primera instancia como parte del paisaje, sus descripciones o pasajes sobre los indios aparecen siempre entre sus anotaciones sobre la naturaleza. La admiración de colón para con los indios ya estaba decidida de antemano, esta admiraciñon se centra en la belleza física de los indios y también en la moral, son buena gente declara desde un principio. Colón va a cambiar de parecer, si bien en un principio certifica que los indios son generosos, para el final de sus viajes los indios se van a convertir en unos ladrones. Según Todorov de la manera de distinción que tienen colon para con los indios, se podrían distinguir dos componentes el asimilacionismo o la diferencia traducida en superioridad e inferioridad.

1. Para este punto debemos partir de la idea propuesta por Todorov: “Colón ha descubierto América, pero no a los americanos”. Colón desconoce por completo a los indios, lo que hace que parta de una base del asimilacionismo tomándolos por sujetos generosos, bellos y cobardes. Sin embargo termina con una ideología esclavista que afirma la “inferioridad” de los indios justificándola por medio de distinciones entre indios inocentes (potenciales cristianos) e indios caníbales, entre indios pacíficos (temerarios y fáciles de sumisión) con indios bélicos que merecen el castigo.

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